Si estás en la oficina, encerrado entre cuatro paredes, este post es para ti:
Playas de ensueño, mares de tono azul turquesa, arenas blancas, cielo deslumbrante, olor (sí, la tele también transmite olor) a salitre y la ligera brisa marina que recorre tu cuerpo (escultural, por supuesto) a bordo de un yate, son las imágenes refrescantes que mi cerebro derretido necesitaba.
Dolce & Gabbana, por supuesto.
Quizá también, algo de culpa tenga mi gran amigo Pedro, el cual el otro día me comentaba, como quien no quiere la cosa: -"No sé qué tiene el de Dolce & Gabbana que no tenga yo, si tenemos los mismos ojos!- (-"¡ah, pero ¿el chico tiene ojos?, no me había fijado!"-).
En fin, chascarrillos aparte, en el siglo XXI y en la era del 3.0 o del 4, que ya no sé por dónde vamos, aun se siguen utilizando los estereotipos para conseguir alcanzar eficazmente los objetivos publicitarios establecidos de determinadas marcas.
Concretamente, y por seguir con la ensoñación propuesta, me centro en la campaña Light Blue de Dolce & Gabbana, que si no estoy mal informada, desde el 2007 ya nos bombardeaba con imágenes tan impactantes, refrescantes y sensuales como estas, las del spot de 2011:
- Música italiana, bellísima canción de amor "Parlami d’Amore Mariù" de Achille Togliani.
- Fotografía muy cuidada del paisaje mediterráneo de la Isla de Capri.
- Entorno refrescante, chapuzón en aguas cristalinas.
- Ella, él, y la escena incipiente de un encuentro amoroso detenida, convenientemente, con un "corten".
En el 2013, se repite con descaro, casi fielmente en algunas escenas, los elemento visuales y las señales de identidad de la marca, que ya conocíamos, pero que siguen funcionando:
1. Aceptamos fácilmente los tópicos porque simplifican nuestra realidad.
2. Nos ayudan a "etiquetar" la sociedad en la que nos movemos y afianza nuestro sentimiento de pertenencia a una "tribu".
3. Los estereotipos no son negativos por sí solos, pero no se deben confundir con verdades absolutas o dogmas de fe.
4. Y por supuesto, abstenerse los que caigan en prejuicios!
Es por eso que, los profesionales de la publicidad y la comunicación, nos nutrimos, a veces en exceso, de estos conceptos que simplifican ideas y facilitan la percepción del mensaje que se quiere transmitir:
- Se llega más directamente al consumidor.
- Se tienen dos espectros de Público Objetivo:
- El que pertenece realmente a ese grupo o tribu.
- El que desea pertenecer al grupo.
- Tanto profesionales como consumidores hemos madurado, llevamos una trayectoria aprendida y somos más conscientes de lo que hay: elegimos creernos o no creernos a la marca, sentirnos o no, guapos, delgados o adinerados.
Cuando la publicidad no tiene un doble sentido y ofrece claramente esta visión sin subterfugios, el consumidor lo acepta más fácilmente, sabe lo que hay, y evidentemente, entiende que nunca va a ser como David Gandy o Bianca Balti aunque compre su fragancia.
Reconozco que no siempre me gusta, o me parece válido, presentar a una señora o señor estupendos, como bandera de un producto, pero la belleza siempre es digna de admirar y... -"¿por qué no inundar mi espíritu con las vibraciones agradables que ello transmite?"-
En fin, no quiero que me cierren las tiendas, me voy a comprar mi frasco del "Light blue".
Hasta pronto!
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