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lunes, 11 de marzo de 2013

La Becaria de #Publicidad que se convirtió en Princesa de lo #SocialMedia

Publicidad, Redes Sociales
Érase una vez una becaria, recién licenciada en Publicidad, que llegó a una Agencia. Lo que descubrió allí no tenía desperdicio. No se dio cuenta que estaba asistiendo al devenir de una era, al anochecer de una época dorada.

Con el paso del tiempo, la chica empezó a recordar esa etapa, y lo hacía con mezcla de nostalgia e incredulidad  ya que los cambios acontecidos habían sido muchos y muy variados.

Recordaba aquellos PC's del departamento de Administración. Torres que reposaban en el suelo y que ocupaban mucho sitio. Solo estaban conectadas a la impresora, y ésta se quejaba constantemente emitiendo sonidos extraños, similares al chirriar de mil puertas.

Qué diferencia con los ordenadores de Cuentas y, sobre todo, del Estudio! Eran elegantes y modernos Mac's que hacían las delicias de cualquier geek de nuestro pasado más reciente.

Cuando la becaria tenía que mandar una información por escrito al cliente, usaba el fax, y como frecuentemente daba error, guardaba el "rapport" que vomitaba el extraño aparato, acumulando hasta el infinito papeles en la carpeta del anunciante en cuestión, mientras el ruido generado por tan útil aparato parecía querer competir con el de la quejosa impresora.

Cuando asistió a la llegada del "modem", indiscutiblemente, le concedió el primer puesto de engendros emisores de sonidos desagradables. Y por supuesto, el de indiscreto.
Cuando la becaria se conectaba, acuciada por una incipiente curiosidad que luego se convertiría en algo mas, absolutamente toda la oficina lo sabía (por aquello del ruido) y como las conexiones eran carísimas y se medían por el tiempo de uso, solo podía hacerlo si la acción estaba más que justificada.

Qué liberación la tarifa plana!

Cuidaba con amor del archivo de "jingles", ordenados por orden alfabético(clientes) y fechas, acumulados en cómodos y modernos cassettes de audio.



Pero a ella, en realidad, lo que le fascinaba era el sótano de dos habitaciones, en donde se guardaba la perla de la agencia:

En una de ellas, una gran mesa, en la que se trabajaban los bocetos y las artes finales. A menudo, el estudio pedía auxilio a la becaria para pintar las camisas con colores.

Era en esas "camisas" (un papel vegetal sujetado al borde superior del foam que soportaba la impresión de resolución fotográfica pegada con spray adhesivo) en donde se indicaban las instrucciones a la imprenta mediante flechas, se apuntaba cuidadosamente, el nº de Pantone que informaba del color corporativo del cliente y, cualquier otra anotación pertinente que asegurara la perfecta reproducción.



En la sala contigua, completamente a oscuras, descansaba la "Eskofot",  manejada por una persona dedicada, casi exclusivamente, a esa actividad. La Eskofot le parecía a la becaria una máquina cuasi industrial, regada con gran variedad de líquidos inflamables que impregnaba el ambiente con olores que atenazaban la garganta pero necesarios para la reproducción de la película (a veces, imágenes y otras, texto) que componía el arte final que finalmente, la becaria, a través del mensajero habitual, enviaba a fotomecánica.



Por si acaso fallaba o para retoques de última hora, se preocupaba de cuidar y mantener, varias cajoneras repletas de "letraset" y vinilos adhesivos de múltiples formas y colores.



Con la llegada de Internet, todo se revolucionó y se empezó a funcionar mucho más rápido: Mails que sustituían el fax,  y documentos digitales e imágenes en alta resolución que enviábamos, como por arte de magia, y que reemplazaban, no sin cierta tristeza, las horas dedicadas a colorear camisas.

Todos conocéis cómo continúa la historia.

La becaria trabajó duro y durante mucho tiempo, de la única forma que había conocido. Pero poco a poco, comprendió que todo ese trabajo le había conducido hasta el momento mismo del cambio, le había preparado para la adaptación y para asimilar, de un modo natural, toda esa innovación.

Fue, en ese momento, cuando se convirtió en la Princesa de lo Social Media.

Y colorín, colorado, este cuento...aún no se ha acabado :-)

"Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado en el que se pudo" (Marie Von Ebner)


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